Las personas migran por distintas razones: puede tratarse de la búsqueda de oportunidades de trabajo, reunificación familiar o por cumplir metas profesionales. También hay quienes huyen de sus países por eventos generalmente violentos que ponen en peligro su vida, su libertad o su seguridad física o mental.
De esta forma, cuando una persona no puede regresar a su país de origen debido a conflictos armados, violencia, amenazas o persecución, entre otras causas, se dice que requiere de protección internacional.
México cuenta con una larga tradición de apoyo a este tipo de poblaciones que pueden ser consideradas como de refugiados, asilados o apátridas, según la legislación de nuestro país.
De acuerdo con datos del Boletín Estadístico de Solicitantes de Refugio en México, elaborado por la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (upmrip), de 2013 a septiembre de 2018 se ha reconocido la condición de refugiado u otorgado protección complementaria a favor de 11 188 personas, de las cuales 54.8% eran hombres y 45.2% mujeres. Asimismo, según datos del Boletín Mensual de Estadísticas Migratorias, también preparado por la upmrip, de 2013 a junio de 2019 se ha expedido un total de 208 Tarjetas de Residente Permanente (trp) a personas apátridas, es decir, aquellas que no son reconocidas como nacionales por ningún Estado conforme a su legislación.
La obtención y procesamiento de datos objetivos facilita el análisis y formulación de políticas públicas para que México avance hacia el cumplimiento de los objetivos establecidos en el Pacto Mundial sobre Refugiados, el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular y el Plan de Acción Mundial para acabar con la Apatridia (2014-2024), instrumentos de carácter multilateral tendentes a lograr, entre otros propósitos, una mejor atención de personas sujetas a protección internacional.
Desde esta lógica, la upmrip también participa con otras instituciones en diversos foros para avanzar en el desarrollo de una política integral en materia de refugiados, asilados y protección complementaria que permita mejorar los mecanismos de recepción y admisión; brindar atención prioritaria a grupos sociales en condiciones de vulnerabilidad; promover mecanismos efectivos de integración social, y promover soluciones duraderas en un marco de pleno respeto a los derechos humanos.
Al brindar nuevas posibilidades de vida para quienes huyen de su país, se contribuye a salvar a innumerables personas, con lo cual se enriquece a México al incorporar sus conocimientos, habilidades y cultura.